13 de julio, 2020
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Entrevista a José López-Tafall, director general de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones).

La automoción es uno de los sectores más importantes de la industria española, pero en los últimos meses ha sido uno de los más castigados por la crisis del Covid-19. Es una industria estratégica y afronta muchos desafíos, entre ellos el paso hacia un nuevo modelo industrial de movilidad. José López-Tafall, Director General de ANFAC, da las claves del sector.

La industria de la automoción representa el 10% del PIB y genera el 9% del empleo sobre la población activa. Es el segundo mayor sector industrial de España y el primer sector exportador. Durante el año 2019 obtuvo más de 14.000 millones de euros de saldo positivo para la balanza comercial.
El año pasado se fabricaron 2,82 millones de vehículos situando a España como el 2º mayor productor de vehículos de Europa y el 9º del mundo, a pesar de no contar con ninguna casa matriz en el territorio. Las 17 fábricas que conforman ANFAC, que dan empleo directo a más de 66.000 personas, produjeron 42 modelos diferentes de vehículos, de los cuáles 6 son modelos eléctricos o híbridos.

¿En qué situación se encontraba el sector en 2019 y a comienzos del año 2020?

La automoción lleva ya años inmersa en la mayor transformación de su historia. Atravesamos un periodo clave en la transición de la industria de la automoción a la industria de la movilidad. Por lo que la industria ha estado acometiendo los grandes retos de reconversión industrial y la introducción en el mercado de vehículos alternativos, que cumplan con las exigencias de la Comisión Europa de alcanzar la plena descarbonización en 2050, objetivo con el que los fabricantes están plenamente comprometidos.

El 2019 arrancaba con el objetivo de continuar esta transformación hacia una movilidad electrificada, conectada, autónoma y compartida, para ello ANFAC presentó al Gobierno el Plan Automoción 2020-40, que fija la hoja de ruta para alcanzar estos objetivos en las próximas décadas.

¿Cuál es la situación ahora, tras varias semanas en las que la totalidad de las fábricas han estado paradas y muchas están inmersas en un ERTE?

La pandemia del COVID-19 ha provocado que la industria de la automoción tenga que parar su actividad en bloque desde el inicio del estado de alarma donde fabricantes, proveedores, concesionarios y talleres se han visto especialmente afectados. A partir de finales del mes de abril se ha retomado de manera gradual la producción en las fábricas, con la reincorporación de los empleados que se han visto afectados por los ERTES, herramienta vital para garantizar la reanudación de la actividad y la viabilidad del sector.

Durante el mes y medio que tanto la actividad comercial como industrial se ha detenido, se han producido caídas históricas. En los meses de abril y mayo, las matriculaciones se han reducido un 97% y un 73%, respectivamente. Y lo mismo sucede en la producción que en abril cayo un 98%, con apenas 4.844 vehículos fabricados. Esto va a conllevar que en 2020 el mercado sufra un retroceso del 45% respecto al año pasado y que se dejen de fabricar 700.000 vehículos, un 25% menos que en 2019. Por lo que es necesario un apoyo coyuntural pero potente, que acorte la crisis y nos permita una rápida recuperación, a través de un plan de ayudas al sector con medidas de choque concentradas y enfocadas en una doble vía: la recuperación del mercado y de la actividad industrial.

¿Cómo valora el cierre de la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona?

El cierre de la fábrica de Nissan supone un importante toque de atención para las administraciones y sociedad de la importancia del sector y de la situación que está atravesando.

El sector en su conjunto representa el 10% del PIB nacional y genera más del 9% del empleo sobre la población activa, y debemos de ser conscientes de que es un importante motor para avanzar hacia la recuperación económica del país. Solamente el año pasado se generó más de 14.000 millones de euros de saldo positivo para la balanza comercial con las exportaciones e importaciones de vehículos.

Hay que apostar por el sector, que ya ha demostrado en anteriores crisis su fortaleza y su valor para el conjunto de la economía, y mantenernos como un referente industrial y atraer nuevas inversiones y la adjudicación de nuevos modelos. Los países de nuestro entorno ya están diseñando sus planes enfocados a las ayudas al sector, conscientes del momento tan transcendental de transformación del sector, y España no puede quedarse atrás.

¿Cree que puede suceder algo parecido con otras marcas y fabricantes?

El cierre de Nissan tiene que ser recordado como el último. Es un doloroso toque de atención a que no podemos perder tiempo, que tenemos que seguir trabajando en la competitividad máxima de nuestras fábricas. La automoción en España es un “milagro industrial”, somos el segundo mayor productor de Europa y el noveno en el mundo, a pesar de no contar con casas matrices en nuestro territorio, lo que deja al sector en una situación delicada. Es fundamental, establecer las medidas necesarias y desde ANFAC estamos trabajando con el Gobierno para mantener y potenciar nuestra industria, y seguir siendo un referente industrial en Europa y el mundo.

Además del empleo directo, hay muchas empresas subsidiarias del sector de automoción. ¿Qué mensaje mandaría a estas empresas que dependen de los grandes fabricantes de coches?

Desde ANFAC, como representantes de los fabricantes ubicados en España, hemos trasladado al Gobierno y su ejecutivo la importancia del sector para la recuperación de la economía de nuestro país. Desde el Gobierno se es consciente del papel que el sector puede jugar para España y se está trabajando para establecer un plan de ayudas que garantice la viabilidad de las fábricas, y por lo tanto su relación industrial con las empresas subsidiarias.

Estamos en un momento clave de nuestra historia, nos enfrentamos a la transformación hacia la nueva movilidad y esto también conlleva una gran transformación industrial. Para mantener nuestra posición industrial en el futuro es necesario atraer inversión, y para lograrlo solo podemos realizarlo a través de un compromiso-país en el que se demuestre que España es un país “friendly” con la automoción. De esta manera, las marcas podrán confiar en nuestra industria para destinar sus inversiones y la adjudicación de nuevos modelos, dos bases fundamentales para no perder la carrera industrial que se está produciendo y de la que no podemos quedarnos atrás. España debe mantenerse a la vanguardia y continuar siendo un referente, tanto en Europa como en el mundo.

El de automoción es uno de los sectores estratégicos que va a recibir gran parte de las ayudas de la UE. ¿Cómo valora estas ayudas?

Desde el gobierno y su ejecutivo son conscientes de la importancia que supone la industria de la automoción en la recuperación de la economía española. Supone un importante motor económico que genera el 10% del PIB nacional y el 9% del empleo sobre la población activa, además de ser uno de los principales sectores exportadores que aportó más de 14.000 millones de euros a la balanza comercial española en 2019. Y creemos que el esfuerzo presupuestario que está realizando el Gobierno va en medida del peso de la automoción en nuestra economía.

¿Qué medidas han solicitado ustedes al Gobierno de España? ¿Y a las autoridades europeas?

En España necesitamos de una estrategia-país a medio plazo para impulsar nuestra industria a través de un plan de ayudas y de inversión para alcanzar la reindustrialización necesaria que la nueva movilidad va a requerir. No podemos descolgarnos de esta carrera, si queremos mantener a España como uno de los principales productores a escala europea y mundial, y para ello la transformación de nuestra industria, la atracción de inversión por parte de las marcas y la adjudicación de nuevos modelos electrificados es primordial para el futuro de nuestra industria. A corto plazo, necesitamos recuperar la producción y el mercado para recuperar el empleo y recuperar el ritmo hacia la transformación de la industria.

¿Cómo se puede potenciar la industria de automoción en España? ¿Tiene margen de crecimiento?

La industria de la automoción lleva ya años inmersa en la transición hacia la nueva movilidad. Una movilidad definida por ser electrificada, conectada, compartida y autónoma, donde el vehículo eléctrico es un elemento clave.

Las marcas están plenamente comprometidas con los objetivos de descarbonización, por lo que es necesario que los nuevos servicios de movilidad sean cada vez más una realidad en nuestras fábricas. Este año saldrán al mercado más de 70 nuevos modelos electrificados, tenemos la oferta en marcha, pero hay que potenciar la demanda.

Actualmente, nuestras fábricas cuentan con la producción de 4 modelos electrificados que aumentarán a 20 en el periodo 2020-2021. Por ello, hay que aprovechar esta situación para avanzar hacia el cambio, hacia la electrificación de las líneas de producción, de la digitalización, de la robotización y de la industria 4.0. Debemos crear una ventaja competitiva y dar valor añadido a nuestros productos. Hemos de mantenernos a la vanguardia en esta carrera, que ya otros países han comenzado, para mantenernos como uno de los mayores productores a escala europea y mundial y posicionarnos como un polo de atracción de inversión y nuevos modelos de esta nueva movilidad.

¿Qué valor tienen las nuevas tecnologías vinculadas a la Industria 4.0 a la hora de que el sector sea más productivo y competitivo?

La carrera hacia la nueva movilidad comenzó hace ya más de una década, y la industria española ha logrado mantenerse y situarse como referente industrial, a pesar de las dificultades ocasionadas por anteriores crisis. España no cuenta con el efecto sede, es decir, ninguna marca tiene sus sedes en nuestro territorio, lo cuál nos coloca en una situación sensible y dependiente de sus decisiones. Por ello, y con más razón, es fundamental demostrar que la industria del automóvil española tiene la capacidad, herramientas y recursos suficientes para afrontar los retos que la nueva industria de la movilidad conlleva.

Es necesario emprender un proceso de reorganización industrial, con la adaptación de las líneas de producción, con la robotización y la digitalización. Únicamente de esta manera, podremos demostrar que la inversión en nuestras fábricas refleja la confianza y el compromiso de nuestro país para atraer proyectos y la adjudicación de nuevos modelos. Este progreso y avance hacia la industria 4.0 aumenta la competitividad de nuestras fábricas, esta será la principal herramienta que podemos utilizar para demostrar nuestra fortaleza frente a otros países que sí que cuentan con sedes de las marcas en sus territorios.

¿Los fabricantes siguen apoyando los vehículos eléctricos y/o híbridos?

El vehículo eléctrico es clave en la transformación hacia la nueva industria de la movilidad. El vehículo eléctrico significa el progreso de una industria siempre ligada a un modelo contaminante hacia un vehículo sostenible, libre de emisiones y ecoeficiente que cumple con los objetivos de descarbonización marcados por la Comisión Europea para 2050, a los que las marcas están plenamente comprometidas.

¿Qué mensaje le gustaría dar a la sociedad en estos tiempos?

La industria de la automoción ya se ha enfrentado a otras crisis que han demostrado la fortaleza y resiliencia que tiene. Y en este momento coyuntural que atravesamos es necesario que mantengamos un fuerte compromiso-país y trabajemos para alcanzar, cuanto antes, una rápida recuperación que nos haga ver esta situación como un punto de inflexión positivo para nuestra sociedad, economía e industria.

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