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El aire limpio es una cuestión de salud, normativa y eficiencia.
La contaminación del aire en los entornos industriales sigue siendo un riesgo infravalorado. Según estimaciones de organismos internacionales, millones de personas fallecen cada año por enfermedades asociadas a la exposición prolongada a partículas en suspensión. Los trabajadores con afecciones respiratorias o cardiovasculares son especialmente vulnerables, y recientes estudios apuntan incluso a una mayor susceptibilidad a ciertas infecciones víricas en entornos con mala calidad del aire.
Además de sus efectos sobre la salud, el polvo, los humos y las nieblas industriales también afectan al rendimiento de las instalaciones, generan acumulaciones en maquinaria sensible y dificultan el cumplimiento normativo. En este contexto, invertir en sistemas avanzados de purificación de aire se convierte en una decisión estratégica, tanto desde el punto de vista operativo como humano.
El reto invisible de la calidad del aire industrial
En los entornos de tratamiento de superficies, mantener el aire limpio no solo es esencial para la salud del personal, sino también para la calidad final del producto. Las partículas en suspensión, como la niebla de aceite o el polvo fino, pueden interferir con procesos delicados como el recubrimiento o el acabado superficial.
Soluciones tradicionales, como la extracción localizada, suelen ser insuficientes para acabar con el humo, la niebla o el polvo que se dispersan fácilmente por toda la nave. Frente a estos desafíos, Zehnder CleanAir Max, desarrollado por Zehnder Clean Air Solutions, ofrece una solución integral basada en inteligencia, modularidad y eficiencia energética.
Una solución pensada para entornos exigentes
Lejos de ser un simple purificador, Zehnder CleanAir Max es un sistema avanzado de gestión del aire que permite medir, controlar y optimizar la calidad ambiental de forma continua. Está diseñado para adaptarse a los entornos industriales más complejos y exigentes, tanto en configuración física como en tipo y volumen de contaminantes.
Su arquitectura modular, su sistema de filtrado en múltiples etapas y su software de control remoto permiten desplegar soluciones completamente personalizadas, escalables y preparadas para responder a condiciones variables en tiempo real.
Inteligencia, versatilidad y rendimiento: los tres pilares de Zehnder CleanAir Max
Supervisión inteligente y respuesta automática
En el núcleo del sistema se encuentra Zehnder CARA (Clean Air Remote Application), una plataforma de control remoto que permite supervisar el funcionamiento de las unidades desde cualquier dispositivo. A través de su panel de control, el usuario puede visualizar el rendimiento, acceder a datos históricos, controlar el consumo energético y generar informes completos.
El sistema combina sensores de precisión y algoritmos predictivos que ajustan automáticamente la potencia y el caudal en función de los niveles de contaminación detectados, optimizando así el rendimiento sin comprometer la eficiencia energética.
Diseño adaptable a cualquier entorno
Gracias a su diseño modular, Zehnder CleanAir Max se adapta fácilmente a cualquier espacio. Puede instalarse en el techo, la pared o el suelo, y orientarse en distintos ángulos para captar los contaminantes desde el lugar más estratégico.
Internamente, la unidad emplea un sistema de filtración en tres etapas, con una amplia variedad de configuraciones posibles. Esta flexibilidad permite abordar con precisión desde niebla de aceite hasta humo de soldadura o polvo metálico.
Rendimiento sin concesiones
Las unidades están completamente selladas, lo que evita la fuga de aire no tratado. Su distribución de aire limpio es más amplia y eficiente, y sus motores de bajo consumo, programables, aseguran un funcionamiento sostenible. Los filtros de larga duración y la posibilidad de reacondicionamiento completan el diseño pensado para el largo plazo.
Una solución preparada para los retos industriales de hoy y de mañana
Zehnder CleanAir Max establece un nuevo estándar en la purificación del aire industrial. Su enfoque va mucho más allá del filtrado tradicional: monitoriza, aprende del entorno y se adapta continuamente para garantizar una calidad del aire constante y verificable.
Además, todo ello se logra con un firme compromiso medioambiental. Los filtros de larga duración y gran capacidad de retención, los motores de bajo consumo y las funciones de programación avanzada permiten reducir tanto los residuos como los costes de operación. Las unidades, además, pueden reacondicionarse, lo que alarga su vida útil y minimiza su impacto ambiental.
Para las empresas que buscan proteger la salud de su equipo, cumplir con los requisitos normativos, optimizar sus procesos y avanzar hacia una producción más eficiente y sostenible, CleanAir Max representa una inversión sólida, con beneficios visibles desde el primer día y duraderos en el tiempo.
