Impresión 3D, de revolución tecnológica a aplicación para todos los públicos

La impresión 3D ha sido uno de los mayores avances tecnológicos de las últimas décadas. Sus áreas de desarrollo han comprendido desde la ingeniería hasta la medicina pasando por la arqueología.

Charles Hull, co-fundador de la empresa 3D Systems, desarrolló la primera impresora 3D estereolitográfica en 1992 y desde entonces se ha convertido en objeto de investigación y desarrollo.

En 1999 se creó a través de esta tecnología el primer órgano “impreso” para humanos. La principal ventaja de este método residía según científicos del Instituto de Wake Forest de Medicina Regenerativa en que el rechazo del paciente era prácticamente nulo. Tres más tarde, en 2002, dicho instituto logró desarrollar un riñón 3D con capacidad de filtrar sangre y producir orina en animales.

Desde 2003 ha habido un gran crecimiento en la venta de impresoras 3D, y de manera inversa, el coste de las mismas se ha reducido.

Empresas como Astedeco han desarrollado servicios de impresión en 3D con tecnologías Rapid Prototyping, Polyjet o FDM. “Llevamos trece años apostando por la innovación y adaptándonos a las nuevas tecnologías para ofrecer los mejores servicios sin renunciar a la calidad ni al precio”, afirman.

Astedeco marca su objetivo principal en que las ideas y diseños de sus clientes no se queden tan solo en un proyecto sino que puedan materializarse gracias a sus servicios de impresión 3D. Además abogan por el asesoramiento personalizado y cursos de formación.